Queridos mamá y papá:
Debo felicitarlos porque considero que el trabajo que han
hecho al criarme ha sido excelente. Me han enseñado muchas cosas buenas, cosas
que me servirán en mi vida adulta como saber hablar y respetar, entender en qué
consiste un matrimonio, no dejarme de nadie, ser responsable con las cosas que
debo hacer y que no importa qué pase, la familia es primero.
Siempre han dicho bromas de que llegará el día en que no
querré salir más con ustedes, que aun no me llega la etapa de “mis papás me avergüenzan”
y que eventualmente no voy a querer saber nada de ustedes pero ya tengo casi 18
años y esa etapa nunca llegó… ¿cómo podría avergonzarme de que ustedes dos sean
mis padres? ¿Por qué querría ocultarlos o apartarme de ustedes? Más bien me siento
afortunada de tenerlos y si por mí fuese, seguiría siendo su bebé pero
obviamente tengo que crecer y me siento en deuda con ustedes por haberme dado
tanto apoyo y por procurar que mi hogar haya sido el mejor. Qué tristeza me da
ver que casi todos los padres de mis amigos están divorciados o no se aman y
por eso no pueden enseñar a sus hijos lo importante que es el compromiso del
amor, que es más una decisión y responsabilidad que un sentimiento; me siento
con suerte de que mis padres están siempre juntos a pesar de toda complicación,
me enorgullece que hayan podido salir adelante y agradezco esa lección. Ojalá
yo pueda tener una vida amorosa como la de ustedes, es como un cuento de hadas
muy realista.
Prometo que a pesar de que mi hermana me haga perder los
estribos e impacientarme, trataré de aceptarla, entenderla y llevarme bien con
ella porque a la hora de la hora, ella es como un regalo departe tuyo, mamá,
para no quedar sola luego de que tú no estés. Gracias.
Atte: su bebé
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